La kinesiología es una terapia alternativa natural de referencia. La cual considera la interacción cuerpo-mente y cuyo significado etimológico proviene del griego “kinesis”, que significa movimiento.
La kinesiología se refiere pues al estudio del movimiento. Es decir, esta disciplina evalúa los movimientos de las personas a fin de determinar la zona donde se encuentra el desequilibrio que incide de manera negativa en su bienestar físico o emocional.
Aunque el origen de la kinesiología se remonta a los años 30. Fue George Goodheart, quien más tarde estableció los fundamentos de lo que conocemos actualmente como kinesiología aplicada. La cual cuenta con defensores y detractores, pero que no ha parado de evolucionar.
La kinesiología considera el cuerpo y la mente como un todo sin enfocarse en un solo aspecto. Empleando tratamientos que abarcan conocimientos de medicina china tradicional, así como de la medicina moderna, el enfoque holístico y la fisiología. Especialmente en lo relacionado a músculos y huesos.
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El objetivo principal de esta disciplina es la salud motora. De manera que, como los distintos órganos y músculos están estrechamente relacionados, es posible a través de estos, recuperar el equilibrio de todo el cuerpo.
Algunas de los casos en los que se utiliza esta terapia son los casos de deformidades corporales, lesiones provocadas por accidentes, y para mejorar el rendimiento deportivo. Además de problemas fisiológicos como la diabetes e hipertensión, o problemas psicológicos como la ansiedad, ira y depresión.
Cómo funciona la kinesiología
La kinesiología estudia y analiza el movimiento corporal humano. Es decir, examina y evalúa la movilidad de los diferentes músculos para identificar las áreas desequilibradas. Esto con el objetivo de detectar la causa de los problemas de salud y para ello, hace uso del denominado Test Muscular Kinesiológico.
Por medio de este test, el especialista puede establecer una comunicación efectiva y segura con el paciente. Con la finalidad de identificar el origen de su problema, que puede ser tanto físico, como químico, mental o emocional.
Una vez que se ha identificado el trastorno o factor estresante, el kinesiólogo estará en capacidad de diseñar, y ejecutar un plan de acción. El cual incluye fisioterapia así como una serie de técnicas terapéuticas. Con el objetivo de desbloquear zonas problemáticas, y favorecer la circulación de la sangre y adecuada oxigenación.
Entre los tratamientos que emplea la kinesiología para resolver eficazmente diferentes afecciones tenemos: aplicación de frío o calor en la zona afectada, sesiones de acupuntura, electro estimulación, ejercicios oculares, movimientos rítmicos, técnicas de programación neurolingüística y de liberación de estrés.
Algunos de los beneficios de la kinesiología son que, además de ayudar a superar molestias y dolores, también contribuye a mejorar el estado de ánimo y la autoconfianza. Por lo tanto, se trata de una terapia adecuada para todas las edades, formas y tamaños.
Cabe destacar que la kinesiología también resulta muy útil como complemento de una gran variedad de tratamientos. Puede ayudar a desarrollar un estilo de vida saludable, y prevenir dificultades de movilidad ocasionadas por malas posturas o sedentarismo.