¿Tienes establecidos objetivos a largo plazo pero te sientes abrumado por la cantidad de trabajo necesario para alcanzarlos? ¡No te preocupes!.
El éxito en cualquier área de la vida requiere de un plan de acción. No puedes limitarte a tener una idea y esperar lo mejor; debes dividir tus objetivos en partes más pequeñas y manejables para que cada paso sea alcanzable y medible. Este concepto se aplica tanto al nivel personal como profesional . Veamos cómo dividir tus objetivos a medio y largo plazo en objetivos anuales.
Primeros pasos para dividir tus objetivos personales
El primer paso es comprender cuáles son tus objetivos y por qué son importantes para ti. Identifique lo que le motiva: ¿qué objetivos personales quieres conseguir a mediano y largo plazo? Una vez que sepa cuáles son esas metas, le resultará más fácil crear un plan de acción que incluya objetivos a corto plazo que puedan ayudarle a alcanzar sus metas más amplias. Por último, priorice esos objetivos según su importancia o urgencia, y luego decida los recursos necesarios (tiempo, dinero, personas) para cada tarea y para ello es recomendable utilizar el método smart o el método woop.
Fijar objetivos anuales
Una vez identificados y priorizados los objetivos a medio y largo plazo, es hora de fijar los objetivos anuales. Empiece por ver dónde le gustaría estar dentro de un año: ¿cuánto progreso le haría sentirse satisfecho? A partir de ahí, trabaje hacia atrás: ¿Qué tengo que conseguir para alcanzar este objetivo? Divida este objetivo en tareas mensuales que puedan medirse fácilmente; estas tareas deben cumplir criterios específicos como plazos u objetivos financieros.
No te olvides tampoco de los objetivos no financieros; si parte de tu misión incluye abordar problemas medioambientales o ayudar a las comunidades locales, asegúrate de incluir también esos objetivos.
Una vez identificadas estas tareas, es hora de empezar a trabajar en ellas. Asegúrate de hacer un seguimiento de cada tarea para poder controlar los progresos a lo largo del año. Esto te ayudará a mantenerte en el buen camino y motivado a medida que avance el año.
Hazte responsable
Es fácil descarrilar cuando se intentan alcanzar grandes objetivos, y es aún más fácil cuando no hay nadie cerca que nos haga responsables de nuestras acciones (o de la falta de ellas). Por eso es importante que todas las personas implicadas en la consecución de estos objetivos a largo plazo tengan a alguien que les haga responsables de sus acciones. Puede tratarse de un mentor, un supervisor o directivo, un entrenador o incluso un socio o la pareja que les informe periódicamente de sus progresos hacia la consecución de sus objetivos anuales.
Es esencial que las personas reciban información periódica sobre su rendimiento para que sigan centradas en su misión general y no se desvíen del camino por otras distracciones.
Conclusión:
Desglosar los objetivos a medio y largo plazo en objetivos anuales más pequeños no sólo los hace más alcanzables, sino que también permite centrarse más en la consecución de cada objetivo dentro del plazo especificado, al tiempo que se mantiene la motivación a lo largo del proceso gracias a los comentarios periódicos de los mentores, amigos o pareja.
Recuerda: la clave es establecer expectativas realistas; si tus objetivos anuales son demasiado ambiciosos, pueden resultar abrumadores y llevarte al agotamiento antes de haber avanzado realmente hacia la consecución de esos objetivos a largo plazo Con paciencia y dedicación, todo es posible: ¡buena suerte!