Cómo afecta la luna nuestro estado de ánimo
Desde la antigüedad, los seres humanos hemos creído que la luna tiene cierta influencia sobre diferentes aspectos terrenales, así como sobre nuestra conducta o nuestro comportamiento.
De hecho, el filósofo griego Aristóteles y el naturalista romano Plinio el viejo, pensaban que la locura era producida por la luna. De allí que se le llame lunático a una persona que padece locura por intervalos de tiempo.
La luna ha sido fuente de inspiración de muchos músicos y poetas a lo largo de la historia. Así como de una serie de mitos y leyendas relacionados, y se le ha dado gran importancia en el mundo de la astrología.
Con el tiempo comprobamos que, en efecto, la luna afecta la tierra de varias maneras. Una de las más importantes es la creación de las mareas oceánicas. Las cuales siguen ciclos de alrededor de dos semanas.
En cuanto al cuerpo humano, existe evidencia de que nuestros ciclos de sueño si varían en el transcurso del ciclo lunar que dura 29,5 días.
Pues un estudio realizado bajo condiciones controladas en el 2013, demostró que los participantes tardaron cinco minutos más en quedarse dormidas, durmieron veinte minutos menos y su sueño profundo se redujo un 30% durante la fase de luna llena.
Hallazgos de Thomas Wehr sobre influencia de la luna en pacientes bipolares
En el año 2017, el reconocido psiquiatra Thomas Wehr, publicó un artículo en el que describió 17 pacientes con trastorno bipolar de ciclo rápido, una enfermedad en la que las personas alternan entre ciclos de manía y depresión rápidos.
Lo que descubrió fue que sus pacientes se podían agrupar en una de dos categorías: algunos seguían ciclos de 14,8 días, y otros ciclos de 13,7 días, con un cambio ocasional entre ambos ciclos en algunos casos.
Es decir, los pacientes parecían sincronizarse con los dos períodos del ciclo lunar: uno de 14,8 días impulsado por la atracción de la luna y el sol, y el otro de 13,7 impulsado por la posición de la luna respecto al Ecuador.
Si bien una teoría dice que la luz de la luna llena puede causar interrupción del sueño y por lo tanto, influir en el estado de ánimo, para Wehr, la luz de la luna no tendría mayor incidencia considerando que pasamos mucho tiempo expuestos a la luz artificial.
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Es por ello que el experto señala la atracción gravitacional de la luna como un factor más probable para influir en las perturbaciones del sueño.
Existe la posibilidad de que los pacientes respondan a la atracción gravitacional de la misma manera que lo hacen las mareas. Aunque la proporción de agua en nuestro cuerpo no podría compararse con la de los océanos.
En cualquier caso, la conclusión de los estudios de Wehr es bastante clara. Los cambios de humor rítmicos de sus pacientes bipolares se encuentran correlacionados con los ciclos gravitacionales de la luna.
Lo que probablemente se traslade en menor medida al resto de las personas, quienes seguramente sin notarlo, también experimentes cambios cíclicos en sus estados de ánimo durante las diferentes fases del ciclo lunar.
La luna y las emociones según Mark Filippi
El Docor Mark Filippi, un asesor conductual procedente de Nueva York, Estados Unidos, ha postulado la existencia de una clara relación entre los ciclos lunares y el estado de ánimo de las personas.
Con base en estudios de investigadores como Irving Dardik, Joel Robertson y David Goodman, Filippi ha elaborado un sistema que relaciona la producción dominante de ciertos neurotransmisores con las fases lunares.
Filippi ha llegado a la conclusión de la producción de los neurotransmisores en el cerebro se encuentra relacionada con el ciclo lunar, puesto que hay una correspondencia entre los ciclos biológicos internos y los físicos externos.
Según el calendario desarrollado por Filippi, las fases lunares se sincronizan con la dominancia de una de cuatro sustancias: la acetilcolina, la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Cada una de las cuales favorece ciertos estados de ánimo o actitudes.
Cuarto creciente, acetilcolina
La luna no está visible y la acetilcolina toma el protagonismo en el cerebro. En esta fase nos sentimos más sensible y receptivos. Este neurotransmisor se asocia con el aprendizaje y la memoria por lo que es buen momento para comenzar nuevos proyectos.
Luna llena, serotonina
En esta fase la luna, en la que podemos ver la luna en su totalidad, es la serotonina la que mantiene su dominio. Por lo que sentimos más vitalidad y creatividad. También nos concentramos con más facilidad y nos sentimos más reflexivos, plenos y satisfechos.
Cuarto menguante, dopamina
En cuarto menguante, cuando comienza a disminuir la parte visible de la luna, es el turno de la dopamina, neurotransmisor asociado al entusiasmo y el placer. Lo que resulta propicio para actividades sociales. Pues durante esta fase somos más comprensivos y tolerantes.
Luna nueva, noradrenalina
Durante la luna nueva se incrementa la producción de noradrenalina. Por lo tanto adquirimos una actitud defensiva y nos volvemos más susceptibles, vulnerables o irritables. Esta fase es un buen momento para practicar la meditación y la relajación.