Las heridas infantiles y las enfermedades

Las heridas infantiles y las enfermedades

Las heridas de la infancia tienen importantes repercusiones en nuestra vida adulta. Pues de una manera u otras, afectan nuestra salud mental y física. Es por ello que en esta ocasión hablaremos de las heridas infantiles y las enfermedades.

Las experiencias vividas durante la niñez tienen mucho que ver con nuestra calidad de vida cuando crecemos, y esto es porque algunas de ellas dejan una profunda herida emocional que se manifiestan en diferentes problemas psicológicos e incluso físicos.

Recordemos que muchas heridas de la infancia se originan por experimentar momentos o situaciones verdaderamente traumáticas, como cuidadores abusivos o negligentes. Sin embargo también se producen por interpretaciones distorsionadas de la realidad.

Esto debido a que se producen en los primeros años, cuando el niño todavía no cuenta con la madurez suficiente para interpretar adecuadamente su entorno, así como los diferentes factores familiares, culturales y socioeconómicos que entran en juego.

En sus primeros años, los niños pueden ser muy sensibles. Pero carecen de un enfoque objetivo de la realidad que le rodea, así como de estrategias para manejas diferentes dimensiones o para gestionar sus emociones.

Todo esto tiene como consecuencia, que frecuentemente se produzcan en la vida de los infantes una o varias experiencias dolorosas. Las cuales se convierten en heridas de la infancia que inciden notablemente en la formación su personalidad y su carácter.

Además de esto, las heridas infantiles influyen en la manera en la que nos relacionamos con otras personas y se evidencian en nuestra conducta o comportamiento en casi todos los ámbitos de la vida.

Es por ello que muchas veces, sus consecuencias se convierten en un gran obstáculo para conseguir una existencia plena. Porque nos marcan de tal modo que impiden o dificultan nuestro crecimiento y desarrollo personal, pero además también pueden afectar físicamente.

Las heridas de la infancia afectan nuestra personalidad y salud | Pixabay

Por qué las heridas infantiles se relacionan con enfermedades

Las heridas infantiles se hacen evidentes de muchas maneras, pero dependiendo de la magnitud, y nuestra capacidad para gestionar las emociones, pueden ponerse de manifiesto con problemas de ansiedad, trastornos del sueño, tendencia a la ira, entre otros.

Por ejemplo, una persona que sufrió la herida del abandono en su infancia, probablemente experimente un temor constante a ser abandonado por sus seres queridos. Por lo que sus niveles de ansiedad pueden ser muy elevados y repercutir también en su bienestar físico.

También las personas que han pasado por la herida del rechazo, atraviesan altos niveles de miedo y estrés emocional. Además de que pueden tener tendencia a deprimirse, debido a que suelen aislarse, tener bajo autoestima y no sentirse merecedoras de afecto y/o atención.

Por su parte, aquellos que han sufrido la herida de la traición pueden llegar a acumular emociones negativas intensas como el resentimiento o rencor, así como también envidia en algunos casos, ya que suelen convertirse en personas muy controladoras y desconfiadas.

Los que han padecido de la herida de la traición pueden ser muy rígidos, inflexibles y/o perfeccionistas. Lo cual puede provocarles mucha frustración y enfado, debido a su falta de tolerancia.

Cómo las heridas emocionales pueden causar enfermedades

Para comprender la relación de las heridas infantiles y las enfermedades, conviene destacar que  las reacciones emocionales como la ira, el miedo, la tristeza y la ansiedad tienen consecuencias fisiológicas. Pues generan un impacto en el sistema nervioso, y afectan las secreciones glandulares, órganos, tejidos, músculos y sangre.

Numerosas investigaciones sugieren que emociones como la ansiedad, el estrés y la ira son factores de riesgo importante para la aparición de ciertas enfermedades. Especialmente cuando estas emociones se prolongan por largo tiempo, como ocurre con las heridas infantiles.

Además de esto, se ha observado que las emociones y los pensamientos negativos que se mantienen en el tiempo afectan o debilitan el sistema inmunológico. Con lo cual aumentan los riesgos de padecer gran cantidad de enfermedades.

Las personas cuyas emociones se desbordan con facilidad, suelen presentar desequilibrios cardíacos y problemas digestivos. Mientras que las personas que constantemente experimentan irritabilidad, enojo e ira, desarrollan trastornos en el hígado y la vesícula biliar.

El temor, la baja autoestima y la represión emocional, se asocian con el mal funcionamiento de riñones, glándulas suprarrenales y vejiga, así como la disminución del metabolismo y alteraciones en la digestión.

Las aflicciones como la tristeza o la melancolía, pueden estar detrás de afecciones pulmonares, y algunos problemas respiratorios y de circulación. La dermatitis, cefaleas y dolores lumbares se asocian a niveles elevados y prolongados de ansiedad e insatisfacción.

Es así como las heridas infantiles, o las emociones negativas que derivan de estas, pueden terminar provocando también síntomas o malestares físicos que pueden dañar seriamente tu salud.

Identificar tus heridas de la infancia, así como reflexionar de qué forma te han afectado, es muy importante para comenzar el proceso de sanación. A fin de recuperar el equilibrio y tu bienestar. Si necesitas acompañamiento para tratar tus heridas de la infancia, contáctanos.

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